Sobre este acto el papa señaló que esta consagración “es un gesto de la Iglesia universal, que en este momento dramático lleva a Dios, por mediación de la Madre suya y nuestra, el grito de dolor de cuantos sufren e imploran el fin de la violencia, y confía el futuro de la humanidad a la Reina de la paz”.
El Papa pidió también que se unan a este acto de consagración “los sacerdotes, y todos los fieles”, rezando “en los lugares sagrados, para que el Pueblo santo de Dios eleve la súplica a su Madre de manera unánime y apremiante”.
Nuestro obispo Mons. Francisco Javier nos ha explicado que “consagrarse a María significa confiar de un modo especial y más intenso en su materna intercesión ante su Hijo Jesús. La virgen, en cuanto Madre de Dios, está tan unida al misterio de Cristo que es inseparable de su persona y de su obra redentora”.
Es por todo ello que nosotros como comunidad educativa católica, con confianza y amor, nos unimos al Papa Francisco y con él y la Iglesia universal, consagramos el “futuro de toda la familia humana, las necesidades y las aspiraciones de los pueblos, las angustias y las esperanzas del mundo” al corazón Inmaculado de María, de modo especial pidiendo por la paz entre Rusia y Ucrania, y tantos conflictos que se viven en el mundo.
P. Roberto Mera Suazo